Las hojas otoñales rojizas y frutos de los árboles vuelven a empezar a caer, en significado a que acaba ahora una estación y empieza otra.
Cada fruto representa una persona en mi árbol que ha sido importante para mi. Ahora caerán, y yo los veré desde lejos, desde la altura del árbol.
La esperanza recae en que siempre pueda seguir viéndolos desde la lejania, siempre. Que ellos sigan ahí, no se vayan muy lejos y que nunca pase un viento o una tormenta que se los lleve muy lejos.
Si, es verdad, es muy difícil que cada poco caiga algo de lluvia, y que, poco a poco todos los frutos no se desplacen unos de otros y que todos acaben en algún sitio distinto, pero eso si, nunca, dejaran de haber sido MIS frutos.
A esto, me refiero, obviamente, a todos vosotros y vosotras. Cada persona que durante esta estación, y otras desde hace muchas anteriores estaciones han estado conmigo.
En las peores lluvias, en las sequías, cuando mas sol hacia, o cuando solamente daba un tiempo normal, favorable.
Cristina, la señora sarcástica y encantadora.
Marta, la señora divertida y que de pequeña, al parecer, tuvo que ser medio rubia o algo, porque no se explica entonces.
Dos frutos que vienen desde hace tiempos inmemorables. Que han estado siempre ahí, con discusiones, o risas. Que he tenido la oportunidad de conocerlas como es debido durante cada año a las dos.
Ahora, sin gatos de por medio, hemos podido conocernos aun mejor.
David, el matemático y desaparecido.
Eva, la chica "mente sana en cuerpo sano" y también en busca y captura.
Que aunque no estáis siempre en presencia, lo estamos todos en corazón.
Jairo, el hombre emo y, a la vez, motivado.
Marta, la mujer borde y feliz.
Que ambos dos están en cabeza de gente a la que le caía mal y me caía mal, y con el tiempo, he podido conocer y me siento orgulloso de ello.
Joshua, el chaval desconocido y de gran sonrisa.
Marcos, el tío fumado y majo.
Ambos conocidos de hace poco tiempo, y que me da mucha pena no haberlos conocido más. Por los pocos momentos y los que faltan por pasar.
Alberto, el hombre sulfatadora y loco.
Ángela, la chica delicada y bonita.
Que aunque pasara poco tiempo con él, cada momento es fascinante, y con ella, básicamente, es con la que mas horas pasé durante este año. A los dos se os quiere demasiado.
Estos, han sido los frutos adeptos, que nacen desde raíz, y por raro que parezca, unos más tarde y otros más temprano. Pero aparte de estos, siempre hay mas frutos. Esos que salen desde las ramas, y no están siempre tan cerca del tronco, siguen siendo también tan importante, o hasta mucho más que algunos que nacen desde adentro.
Andrea, la chica tímida y percusionista de la ostia.
Carmen, la chica hermosa y de confianza.
Que aunque este verano no hayamos estado tanto tanto juntos, me habéis demostrado lo mucho que mereceis la pena durante el curso.
Boni, el hombre que no piensa en otra cosa que sexo y musica y que siempre saca una sonrisa.
Estefania, compañera de chistes de Lucia Martinez y también, en otros tiempos, debió ser medio rubia.
Quienes dia a dia, solamente alegra estar con ellos. Que aunque hubiéramos tenido nuestros rifirafes durante algunas épocas, son epocas pasadas, y se sigue madurando. Estefania, no olvides que somos el mejor dúo cómico.
De pasar a vernos los 30/31 dias del mes a muchos o por lo menos bastantes dias, pasaré a empezar a verlos solo 8 dias al mes como mucho.
Pero no solo pensemos en los frutos ya crecidos, ahora pensemos también un poco en aquellos que ya están, pero que a partir de ahora, lo estarán aún más.
Diana, la hermana "Morena"
Irimia, mi científica frustrada y pianista con futuro.
Pablo, el hombre que "no le gusta enfadarse con la gente" pero siempre acaba igual y otro inseparable más.
O muchos más frutos que espero tener la oportunidad de seguir conociendo mas a fondo durante este año (Paula Somoza, Nuria Vasconcellos, Pedro Sobral, Carlos/Angel Alcalde...)
Solamente diré una cosa.
Siempre. Pase lo que pase. Gracias.
Gracias por cada momento y cada risa que me habeis sacado. Gracias por cada minuto, hasta cada segundo.
La gente crece rodeada de amigos. Pero yo sé que no sois solo amigos. Sois algo mucho más allá de lo que un humano pueda definir.
Nunca podré agradeceros lo suficiente mi adolescencia. Porque esa etapa de mi vida, tienes vuestros nombres como portada. Y aunque sigan naciendo todos los frutos del mundo en el mundo, vosotros seréis únicos y esenciales, los necesarios para que una simple planta pueda llegar a ser un árbol en toda regla.
Nunca olvidéis esto. Os quiero. A todos y a cada uno. Sin excepción. Y por pocos dias o muchos que esté con vosotros, eso no sacará que hayáis sido la parte más grande de mi vida.
Cada noche, cerraré los ojos, y me pondré a pensar en vosotros antes de dormir. Me pondré a recordar un momento con cada uno de vosotros que me haya llegado.
De nuevo, muchas gracias. Y seguid siendo así, por que así es como valeis la pena.
Un beso muy grande. Vuestro amigo, Flavio.
Enviado desde mi dispositivo BlackBerry® de Orange.
 
