Quiero levantar un brazo y con la yema de los dedos tocar el cielo. Coger un cacho de una nube, y poder probarla esperando que sepa como siempre me lo he imaginado, un rico algodón dulce de hielo. Quiero poder disfrutar todos los días de mi vida de estar tirado toda una mañana escuchando música en mi cama, con bonitas sábanas verdes, como si estuviese en un campo enorme con mucho césped, y disfrutar de la compañía de aquello que me haga feliz con solamente mirarme a los ojos.
Quiero poder acostarme todas las noches feliz con una ventana al lado de mi cama pudiendo ver las estrellas y rodeando con mis brazos aquello que "con solo una sonrisa, cambia mi mundo" y que, a base de caricias y cuartas sorpresas, vaya despegando mis manos y los brazos de tal espalda, y cerrando los ojos poco a poco, el único hecho que me afirma que mientras los tenía abiertos, no vivía ya en un sueño.
Quiero viajar a Islandia, a Barcelona, Portugal, Alaska y a mil y un sitios más a pesar de estar en numerosas ocasiones ya en el cielo. Asegurarme que existe solo un ángel en él, y que sea yo el afortunado de disfrutarlo.
Quiero no echar de menos estas entre más cosas ni un momento, poder tenerlas cada día, hasta el final, y que este término se prolongue durante milenios y que, aún así, parezca poco, (solo?). Y que aún así, cuando deba echarlo de menos un momento, tenga una pinza que me dé la suerte que necesito durante la ausencia de aquello que provoque todas estas cosas.
En resumen pido cielo, estrellas, un ángel, sueños hechos realidad y mucho amor, a cambio, me ofrezco a mí mismo, tal y como soy, que puede que no sea tanto. Posiblemente pida mucho y no tenga sentido tal intercambio, pero a estas alturas, nada tiene sentido.
