2:05 de la madrugada, cansado, con ganas de escribir, la música retumbando mis oídos, las cosas moviéndose de un lado para otro. Llega arrepentimiento de escribir cosas que no quiero borrar, ganas de seguir escribiendo, ganas de querer, ganas de sentir el cariño de esa persona, ganas de poder expresar mis sentimientos, ganas de poder decir a los demás como me siento, viene de nuevo la tristeza por no contárselo al circulo importante al que pertenezco, y a los que es debo mucho. Vuelve felicidad al pensar en su cara, su tuenti, su personalidad, su todo. Llega la desesperanza de poder quererla tanto y no poder decirlo, aunque esa persona lo sepa ya.
Escribir tantas cosas que se puede sentir en un segundo, en un minuto, tantas cosas... interminables, increíbles. Quieres ser algo más de lo que eres, sabes que no puedes, no debes, o no puedes y debes. No quieres ver como todo se va la mierda. Pero quizás sabes que no se irá a la mierda, o quizás también no sepas que al final y al cabo se irá a la mierda. Crecemos, nos relacionamos, y nos seguimos relacionando continuamente. Genial, pero puede ir demasiado rápido, quizás no tuviste tiempo suficiente de apreciar lo que tenias o tienes. Quien sabe... Tantos temas y pensamientos pasan por tu cabeza y tanto que expresar que te dan ganas de escribir y no saber de que, así que miras lo escrito y piensas que escribiste suficiente para el estado en el que estas, que mañana lo verás y pensarás que es esto. Miras de reojo en botón naranja de "Publicar Entrada" y diriges el ratón hacia él, vas a pincharlo, piensas que puedes escribir un poco más, se te cierran los ojos, y piensas en el sueño que tienes y le das definitivamente.
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