martes, 23 de agosto de 2011

Como un niño, cuando cae una tormenta. 
Cada gota de lluvia, convertida en una lagrima que resbala por el rostro bajando hasta el cuello donde finalmente se detiene y queda ahí. Justo en ese momento es cuando notas toda la lluvia que habia acumulada en tu nube, en el cielo nublado que ves que va a venir y ha llegado. Y cuando te das cuenta de esto, en consecuencia, un desahogo interno, esa lucha y presion que llevabas acumulada. 
Es igual que los dias de verano, cuando el sol está mas brillante que nunca, cuando sientes que nada puede ir a mal, pero de repente ves a tu alrededor, en el cielo, a lo lejos, esas nubes que saben que llegarán y con ella, el sol, la luz, la alegria se irá.
No siempre hará sol, pero si puede ser que haya mucha mas lluvia. Entonces, sientes miedo.
Sentir miedo. 
Al final y al cabo no será tan malo, porque si vuestro supuesto dios así quiso que pasase, ahí está. Pero cuando hablamos de otros sentimientos como el odio o la rabia? Así quiso vuestro dios que fuese el mundo. Con esos sentimientos ha muerto gente, y a alimentado nuestros propios cielos brillantes a ser lo contrario, grises, nublados y oscuros.
Pero dentro de ese miedo de la tormenta, esta el sueño de algo nuevo y mejor. 
Soñar que a la mañana siguiente abrirás la ventana de tu habitación, y entrará la luz mas bonita que ha llenado tu habitación.
Soñemos entonces, porque mañana será otro día.

Enviado desde mi dispositivo BlackBerry® de Orange.

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